lunes, 22 de marzo de 2021

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber en Itapiranga, Am, Brasil

¡Paz a tu corazón!

Hijo mío, yo, tu Madre, vengo del cielo para darte todo mi amor y mi luz, para que los lleves a tus hermanos y hermanas tan necesitados de fe y de esperanza. Muchos se desesperan en las pruebas de la vida, porque no rezan y se han alejado de Dios. Sólo a través de la oración puede el Señor concederles las gracias que les ayudarán y fortalecerán en el amor, la fe y la confianza profunda en su Corazón Misericordioso. Los que no rezan no pueden merecer las gracias divinas ni su protección. Atraen sobre sí las calamidades y las penas de la vida. Pero cuando un corazón oscurecido por el pecado y alejado de Dios comienza a rezar, para él la luz de Dios y Su presencia divina comienzan a percibirse y a sentirse en su vida de un modo intenso que penetra en lo más profundo de su alma, cambiando su vida.

Reza, hijo mío, reza por la conversión y la salvación de las almas. Son preciosas para Dios y para mí. Cuando un alma se pierde y va al infierno, cuánto dolor siento en mi Corazón Inmaculado. Caen lágrimas de mis ojos, porque éstas se condenan, porque los buenos no rezaron ni se sacrificaron lo suficiente por los que estaban sin luz y sin vida. A ti y a muchos de mis hijos que escuchan y creen en mis palabras maternales os pido más dedicación y esfuerzo en la oración, el sacrificio y la penitencia por la conversión y la salvación de las almas. Llamo a todos mis hijos de todo el mundo a tener este propósito en sus vidas. Bendigo y bendeciré siempre a todos los que pongan en práctica esta llamada mía, y les ayudaré en sus momentos más difíciles. A vosotros y a toda la humanidad mi bendición: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.