viernes, 13 de agosto de 1993

Al cierre del Sitio de Jericó

Mensaje de Nuestra Señora

Hoy, como nunca lloré de Dolor, lloro de Alegría.(pausa) Yo misma llamé a todos aquí. Yo misma venceré todo lo que no es de DIOS, ni Le pertenece. Soy Yo quien recibí de DIOS la Misión de vencer a la serpiente infernal.

Nadie, nada, podrá detenerme!(pausa)

¡Rezad! ¡Rezad! ¡Rezad! ¡Rezad el Rosario todos los días! ¡Rezad! ¡Sacrifícaos por los pecadores!

¡Gracias, hijos! ¡Estoy muy feliz con vosotros! ¡Os bendigo! Los Ángeles del Señor están bajando ahora del cielo para sanaros y ayudaros. .

Os bendigo en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

(Marcos): (Nuestra Señora dio este Mensaje después de la Comunión Eucarística en la Iglesia de San Juan Bautista en Jacareí. Vestía un oro muy brillante. Sus ojos, hundidos con lágrimas de luz blanca, como si fueran del color de la luz de neón. Lloró con alegría.

Bendijo a los 2.000 niños presentes ese día. Era un viernes; entre los presentes, varias personas se convirtieron por Nuestra Señora. "El Señor ha hecho maravillas en nosotros, Santo es TU NOMBRE!")