martes, 17 de agosto de 1993

Mensaje de Nuestra Señora

Ya estoy cansada de llamar a los hombres a la conversión. He bajado del Cielo tantas veces, y el mundo aún no ha aceptado mi invitación.

Quiero que esta ciudad se prepare de tal manera que convierta este lugar, santificado por mi presencia, en una señal y ejemplo para otras ciudades. ¡Cómo veo tu ciudad enferma! Tantas discotecas, clubes, lugares de profanación pública, donde Satanás grita: "victoria". Tantas revistas pornográficas y tantos otros crímenes.

¿Cómo pueden dejar de asistir a la Misa? ¿Cómo vienen a venir, a regañadientes, o solo para ver a los demás, cómo están vestidos? "El que come Mi Cuerpo y bebe Mi Sangre vive en Mí y Yo en él, y no morirá jamás. Esto significa que el que no come el Cuerpo de Jesús en la Misa no vivirá eternamente, ¡es decir, se condena!

¡Rezad! Solo la oración puede salvar al mundo. Vuestras discusiones inútiles no han logrado nada hasta ahora. Es DIOS quien convierte, ¡no vosotros! Rezad, porque DIOS quiere vuestras oraciones para salvaros.

¡Soy la Reina de la Paz! SOY la Reina (de Jacari), ¡creedme! ¡Soy vuestra Madre! ¡Soy la que viene aquí!

Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.