Queridos hijos, continuamente les pido oración, sacrificio y la apertura de sus corazones. Quiero que entiendan que el AMOR QUE tengo por ustedes, queridos hijos, es muy grande, y por eso deben abrir las puertas de sus corazones a Mí.
¡Sigan rezando el Santo Rosario!
Soy la Madre del Santísimo Sacramento! Soy la Madre de la Eucaristía! Comiencen ahora a hacer horas de adoración eucarística. Jesús se siente muy solo en los tabernáculos.
Continúen orando, clamando la Misericordia de DIOS! LES bendigo en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo".