Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil
viernes, 21 de julio de 1995
Mensaje de Nuestra Señora

Mis queridos hijos, he venido en este tiempo para decirles que soy su Madre. Así que, niños, como en el tercer misterio me contemplan como la Madre del Niño Jesús.
Quiero decir que soy la Madre de Jesús, pero también soy su Madre, y quiero que en cada momento de su día dejen que estas palabras resbalen en sus labios y hagan eco como una campana en sus corazones: mi Madre, mi Madre.
Les pedí en marzo del año pasado que añadieran a los Avemarías, el muy puro que es Jesús. Ya no es necesario, niños, rezar así. El peligro que se cernía sobre ustedes, el de la negación abierta y revelada de que soy la Virgen más pura, ha pasado.
Una gran apostasía, una falsa doctrina negaría Mi virginidad, pero... ¡por sus ardientes súplicas a DIOS, esto ha sido superado! Ya pueden rezar el Ave María de nuevo en el sentido normal. Oren muy puro solo en los primeros tres rezos, y cuando oren el Ángelus, pero la invocación que pedí el 7 de agosto del año pasado, deseo que continúen diciendo: Madre de DIOS y Nuestra Madre.
Rezarán así hasta el día de mi TRIUNFO! Prometo repeler al enemigo de aquellos que rezan así. Sentirán los latidos de Mi Corazón, de Mi AMOR con ustedes, y serán ayudados por Mi Presencia.
Hagan que estas palabras: Santa María, Madre de DIOS y Nuestra Madre, también hagan eco en el purgatorio, a la alegría de las almas. Prometo tocar cada Ave María con un alma* para que pueda sentirme y encontrarme como su Madre. *(todavía vivos, para que puedan convertirse.)
¡Gracias por haber respondido a Mi llamada! Continúen rezando el Rosario, esta vez invocándome como su Madre. Estoy con ustedes y permaneceré sonriendo toda la noche, todo este Cenáculo, junto a Mis hijos, con Mis Ángeles.
¡Permanezcan en la PAZ del Señor!"
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