sábado, 20 de enero de 1996

Mensaje de Nuestra Señora

Queridos hijos, hoy, con AMOR, deseo nuevamente tocar sus corazones con la Gracia de DIOS, y mostrar el camino de la salvación, que es Jesús.

Soy su Madre y estoy buscando en todo lo posible llevarlos al Cielo, pero muchos no quieren.

Abran sus corazones a la acción del Espíritu Santo, y déjense transformar por Él. Él es la GRACIA, y quien lo acoja será agraciado por el Señor.

Los invito, de manera especial, a rezar el Rosario, y a renovar el amor de cada uno por el Rosario. No miren el Rosario con desprecio, queridos hijos, sino háganlo su mejor compañero, en tiempos de dificultad, para encontrarse con Jesús.

Cada cuenta del Rosario es una Lágrima de Sangre que Me seca, y un beso que Me ofrecen.

Toda madre se alegra con el afecto de sus hijos. Estaré muy feliz con el afecto de su Rosario. ¡Recen el Rosario!

Los bendigo en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo".