miércoles, 7 de agosto de 1996

Aniversario Mensual de las Apariciones

Mensaje de Nuestra Señora

Queridos hijos, (pausa) ¡Les deseo a todos la Paz de mi Hijo Jesús! Estoy aquí, llena de AMOR, de Gracia, para dar a los corazones de Mis hijos, para decir SÍ conmigo.

Los amo, queridos hijos, soy incansable en mi AMOR por ustedes, e incluso cuando están durmiendo, estoy en el Cielo, intercediendo por todos ustedes; Mi Corazón no descansa.

Así como un río no deja de correr, ni siquiera de noche, así también, queridos hijos, Mi Corazón no deja de pedir por todos, por Mi Hijo Jesús.

Así como en el mar, las olas nunca terminan, así mismo, Mis hijos, Mis pruebas de AMOR para todos ustedes, nunca terminan.

¡Estoy corriendo tras Mis hijos! Los estoy buscando a todos, con Mis Mensajes, Señales, Mis Lágrimas. Estoy afligida por poner a todas las ovejas, a seguir los pasos de Mi Hijo Jesús, el Buen Pastor.

Queridos hijos, ¡abandónense en las Manos de su Madre! Hay muchos que desprecian Mis Mensajes, y con todo odio y resentimiento los pisotean, y a Mi Corazón.

No hagan eso, hijos! Den la bienvenida a Mis Mensajes con amor, como si fueran para ustedes, el abrazo de la Madre, que no puede ser dado todavía, porque la distancia de la eternidad nos separa, (pausa) pero, un día, daré este abrazo a todos Mis hijos.

Cada Mensaje es un abrazo que les doy, (pausa) no en el cuerpo, sino en el corazón, ¡y cuántos han despreciado (pausa) y rechazado, esta Mi prueba de AMOR!

Como Les pedí en los otros meses, oren hoy, oren más por Mi hijo, el Papa Juan Pablo II. DIOS está concediendo gracias especiales a todos aquellos que Le piden por él este año. De la misma manera todos aquellos que, desde el pie del cerro, suben hasta aquí descalzos, ofreciendo este sacrificio por Mi hijo, el Papa Juan Pablo II, por la unidad de la Iglesia y las familias, serán bendecidos. Todos aquellos que hagan este sacrificio serán bendecidos con estas gracias.

¡Les pido el Santo Rosario! No lo olviden, hijos, mi Rosario, porque no olvido ninguna petición de ustedes. ¡No olviden esta Mi petición maternal!

Expulsen toda la envidia, todo el orgullo, todo el mal que está acumulado dentro de sus corazones, porque les impide dar la bienvenida a Jesús.

Estoy aquí, queridos hijos, y así como una lámpara tiene la llama, y la luz que emana de esta llama; el Corazón de mi Hijo es la lámpara, y Yo soy la luz que brilla de esta lámpara. Todos aquellos que Me buscan encontrarán la llama, encontrarán la lámpara, encontrarán la luz, encontrarán a Mi Hijo Jesús.

Los bendigo a todos, en nombre del Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo.

Permanezcan en la Paz del Señor".

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo

"- Queridos! Escucharon lo que Mi MADRE dijo: YO SOY la lámpara! YO SOY el FUEGO!!! Quien Me encuentre, no permanecerá en la oscuridad, ni en la soledad.

YO SOY la LUZ, que la oscuridad (pausa) no puede ocultar!

YO SOY AMOR, que no puede ser vencido!

YO SOY la Llama, que no puede ser apagada!

YO SOY Jesús, de Quien ningún corazón puede esconderse, ni separarse.

Mi Sagrado Corazón, Fuente de Infinita Misericordia, se derramará en ustedes, como un océano, si sus corazones están abiertos, a escucharme.

Así como las olas están en el mar, como Mi MADRE dijo, y no cesan, así también, YO SOY el mar, y Mi MADRE es las olas de AMOR del océano infinito de Mi Corazón, para todos ustedes.

Oren más, Mis hijos! Su oración todavía necesita mejorar, aumentar! Su oración todavía necesita profundizarse.

Así como pocos pueden medir la profundidad del océano, así también, Mis hijos, Mi Corazón, y el Océano de Misericordia, nunca pueden profundizarse en absoluto, por su amor y oración, pero deseo que se sumerjan en Mí, para que de esta manera, Oh hijos, puedan tener VIDA. En el océano de Mi Corazón está el Agua de VIDA, y quien beba de ella y se bañe en ella nunca tendrá sed y vivirá.

He aquí, Yo y Mi MADRE, al final de este siglo, hemos venido aquí para anunciar el Mensaje de Paz y Misericordia. Pero cuando Les hablamos de Paz, ustedes se arman para las luchas, para el mal, para la violencia, para el egoísmo, para el mal.

Salgan de su pecado, y vengan todos ustedes a la Luz de esta Llama que Les llama, y Mi Corazón arderá en ustedes.

Así como las gotas de aceite se ponen en las lámparas, y allí se consumen en las llamas para arder más, den sus corazones a Mi Sagrado Corazón, y arderemos juntos, y la LUZ que radiemos superará la oscuridad.

Los bendigo en nombre del Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo.

Dejo mi paz, Yo y mi MAD Les doy paz".