Mi querido hijo Marcos, te preocupa el destino de esta Mi Obra. ¿De quién es? ¿Mía o tuya? ¿Del grupo?
¡No! Ella pertenece al Corazón de DIOS y a Mi Inmaculado Corazón.
¡Reza! No te defiendas de lo que dicen de ti. Reza más, y verás el PODER de Jesús. No tengas miedo, pues Mi Pie ya está preparado para aplastar la cabeza del enemigo.
Él está haciendo esto porque ahora quiero atarlo, para que Mi Obra Santa crezca en santidad. Mi adversario quiere poner miedo en ti, pero tú, sé fuerte y da fuerza a otros.
Reza, reza, y todo pasará".