martes, 20 de enero de 1998

Mensaje de Nuestra Señora

Queridos hijos: - Yo soy la Madre del AMOR, Yo soy la Madre de la Paz. Les pido, hijos, ¡recen con el corazón! Pidan a DIOS por la transformación de sus corazones!

Mientras rezaban en el Espíritu, Mi Hijo y Yo miramos a cada uno de ustedes. ¡Sigan rezando! Les pido que recen por los jóvenes, por las familias, y por los enfermos esta noche!

Consagren sus ojos, sus corazones, y todo su ser a Mí y a Jesús. ¡A Nuestros Corazones!

Hijos! Hijos! ¡Los amo mucho! Sientan Mi Presencia entre ustedes!(pausa)

Gracias por sus oraciones. Sus oraciones fueron recibidas y llevadas a DIOS el PADRE, ¡por la salvación de muchas almas! Sepan que Yo y Mi Hijo Jesús ya estábamos presentes desde que se reunieron hoy.

Mi deseo es que perseveren en la oración del Santo Rosario, enseñado por Mí desde Lourdes y Fátima! Las oraciones del Rosario son bendecidas por Jesús, y deben ser difundidas por todo el mundo, para que el Reino de la Paz pueda venir.

Hijos, ¡han estado en el camino de Jesús por mucho tiempo! No se desanimen, y siempre persistan en la oración, sin importar qué problema o dificultad tengan en sus vidas. ¡No hay problemas que no se superen rezando el Rosario!

Son como pequeñas flores en Mi Corazón! Les dejo Gracias y Bendiciones, rayos de luz sobre sus cabezas.

Les pido, hijos, que a cada hermano que encuentren en la calle o dondequiera que vayan, les den una sonrisa! De esa manera sentirán Mi Presencia en ustedes.

Los bendigo en nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo.