sábado, 9 de junio de 2018

Mensaje de María Santísima

(María Santísima): Queridos hijos, hoy, en la Fiesta de mi Corazón Inmaculado, quiero pedir a todos mis hijos: ¡Ayudad a los planes de mi Corazón Inmaculado, ayudad a mi Corazón a Triunfar!

Sed los valientes soldados que van por todas partes anunciando mis mensajes y llamando a mis hijos a la conversión, junto a mi Corazón.

¡Mi Corazón desea incendiar toda la tierra con mi Llama de Amor!

Es muy cierto que aquí y en todas partes esta Llama ya debería haberlo incendiado todo. Pero muchas veces he encontrado corazones vacilantes, áridos y sin amor.

Por eso mi Llama de Amor no ha podido realizar las maravillas y prodigios que el Señor quería, que yo quería en la vida de mis hijos y en la humanidad.

Abrid vuestros corazones; acoged mi Llama de amor y dejad que actúe completamente en vosotros.

Dadme vuestro «Sí» completo para que pueda realizar en vosotros los planes de salvación que el Señor y yo hemos hecho para vuestro bien.

Mis planes deben avanzar. Así que ahora quiero que releáis de verdad todos mis mensajes y que os lancéis al apostolado, difundiendo mis mensajes lo más lejos posible a todos mis hijos.

Deseo que también hagáis los Cenáculos rezando el Rosario de la Paz, que es tan poderoso para conseguir la Paz para la humanidad y para atraer nuevas gracias de conversión sobre el mundo entero.

Debéis transmitir mis mensajes al menos a 30 personas cada día. Para que pueda realmente, lo antes posible, reunir 1/3 de almas convertidas. Para que entonces, los Secretos puedan suceder y mi triunfo pueda establecerse finalmente en el mundo entero.

No hagas planes personales, porque yo haré que se cumplan mis planes y no los tuyos.

Reza, para ser dócil y reconocer cuando derribo tus planes y realizo los míos.

Rezad para que seáis fuertes, porque para ser santos, para alcanzar el cielo y para ser mis verdaderos hijos, debéis estar dispuestos a perder muchas cosas que amáis.

Es necesario, para que os desprendáis de la tierra, para que os desprendáis de las criaturas, y para que seáis sólo y enteramente míos y del Señor.

Sólo así seréis los instrumentos libres y dóciles, disponibles, completamente míos. Que podré utilizar, que podré usar, poderosamente, para liberar a mis hijos de la esclavitud del pecado y de Satanás y llevarlos a la Salvación que es mi Hijo Jesús.

¡Reza mucho! ¡Reza mi Rosario todos los días! Porque cuanto más lo recéis con amor, más arderá en vuestros corazones la Llama Poderosa de amor de mi Corazón Inmaculado.

Lo que más desea mi Corazón Inmaculado, la Devoción que desea mi Corazón es la Devoción del «Sí», ¡el «Sí» del Amor!

Lo que mi Corazón desea son almas completamente muertas para sí mismas, sin voluntad, completamente libres y desprendidas del mundo y de todo lo que pasa.

Almas que como águilas veloces volarán por todas partes, llevando mis mensajes de Amor, llevando mi Gracia.

Y transformando de nuevo el desierto de pecado de este mundo en el Jardín Verde de la Santidad.

Almas libres, libres del mundo y completamente cautivas de mi Amor.

Almas muertas para el mundo y vivas sólo para mí.

Almas pobres del mundo, que no quieren nada del mundo y ricas en el Amor y la Gracia de Dios, ricas en mi Amor.

¡Éstas son las almas que quiero! Ésta es la devoción que quiere mi Corazón Inmaculado: La Devoción del «Sí», la devoción de la vida completamente entregada y consagrada a mí.

¡Yo busco esas almas! He buscado aquí en muchas almas. Desgraciadamente no he encontrado suficientes almas así para formar Conmigo el Tribunal de las Almas Víctimas. De las Almas del Amor, de las Rosas Místicas del Amor, para contrarrestar el número de almas esclavas de Satanás, siervas de Satanás, que sólo viven para negar a Dios, para trabajar para destruir la Fe Católica en el Mundo, y para establecer en el Mundo el reino de Satanás.

¡Necesito encontrar esas almas! ¡Quiero a esas almas!

Dame Tu «Sí» para que pueda verdaderamente Aquí, encontrar lo que he buscado en tantos lugares de Apariciones y no he encontrado: Almas capaces de vencer al demonio, al mundo y a la carne y vivir sólo por mí y para mí, para la Gloria del Señor.

A todos, bendigo con amor ahora, desde Montichiari. de La Salette. y desde Jacareí. »