miércoles, 3 de julio de 2019

Mensaje de San Miguel Arcángel

A Luz De María

Pueblo de Dios:

ADORANDO A DIOS Uno Y Tres, Decid Conmigo: «¿Quién Es Como DIOS?»

Participad de la grandeza de ser hijos de Dios y uníos en el Amor Divino, para que la confusión que está separando a la humanidad no os coja desprevenidos.

Hijos de Dios, la humanidad está sufriendo una gran frialdad, frialdad debida a la falta de amor que reina entre los hijos de Dios que no conocen el Amor, y ante esto, la Creación percibe esta escasez y dice al hombre: ¡REACCIONA, ya que sin el Amor Divino, los corazones y los sentidos físicos y espirituales se ATROPIAN!

¿Aspiráis a obtener bienes espirituales y a elevaros? Sed Amor Divino Y Obtened PAZ.

Nuestro Rey y Señor Jesucristo no quiere que bebáis el amargo cáliz de la confusión que os hace sufrir, por eso me ha enviado para que encienda continuamente la llama del Amor Divino en toda criatura humana que lo solicite, ante los oscuros pensamientos en los que vive un gran número de hombres, aumentando la envidia, la impaciencia, la imprudencia y la falta de amor, que se trasladan a los sentidos espirituales, dando como resultado la falta de crecimiento espiritual de la humanidad, y esto es precisamente lo que necesita el Diablo para atrapar al mayor número de almas.

Os invito a orar a tiempo y fuera de tiempo (I Tesalonicenses 5:17), para que la mundanidad no os envuelva; por tanto, predicad, proclamad la Palabra Divina para que ni vosotros ni vuestros hermanos os perdáis.

No neguéis las llamadas de Nuestro Rey y Señor Jesucristo ni las de Nuestra y Vuestra Santísima Madre. Sed criaturas que intercedan por vuestros hermanos y hermanas (cf. I Tim 2, 2) por el bien de toda la humanidad ante los grandes cambios que se están produciendo en toda la Tierra. La transformación en el pensamiento del hombre ha llegado a su corazón y, por tanto, a su obra y acción, endureciéndote o ablandándote: cada uno elige lo que quiere tener: bendición o destrucción. (cf. Dt 30,15-19).

La bendición se presenta ante la humanidad de forma especial, para que se salve el mayor número de criaturas humanas.

Levantad la vista, Pueblo de Dios, no caminéis en vano, sino hacia el crecimiento espiritual o hacia la decadencia espiritual; vosotros decidís hacia cuál con vuestro libre albedrío.

Cada nación será purificada, unas más que otras, para lo cual es deseo Divino que la ayuda entre el Pueblo de Dios crezca entre hermanos y hermanas y así deis testimonio del Amor Divino con el que vivís.

Estáis en el instante del dolor ante la desobediencia humana y la acogida que la humanidad ha ofrecido al demonio, con sus vicios y perversiones.

Rezad, hijos de Dios, rezad por la humanidad para que no se sumerja en los vicios del mal. Grandes errores se extienden sobre el Pueblo de Dios, con el fin de que el Pueblo de Dios no obedezca a Nuestro y Vuestro Rey y Señor Jesucristo, alejándoos de lo que es bueno, y para que lleguéis a ser perseguidos, despojados de todos los bienes, errantes y azotados por los que se han unido al mal.

Rezad hijos de Dios, rezad, la humanidad sufre lo impensable. Rezad, la Tierra tiembla con fuerza. La humanidad no alcanza a comprender que va camino de grandes y terribles calamidades causadas por la desobediencia a la Santísima Trinidad y por la falta de respeto a Nuestra y Vuestra Reina y Madre. Orad hijos de Dios, el agua del mar contaminada por el hombre es la causa de graves enfermedades en el hombre.

Os encontráis ante el Espíritu Divino que os conduce a escalar las alturas espirituales y, por tanto, a ser portadores de fe, conocimiento, fortaleza, esperanza y disposición para trabajar y actuar en las profundidades de la Grandeza Divina, que sólo encontraréis si sois verdaderas criaturas que siguen aspirando a lo Divino.

No desfallezcáis, por feroces que sean las pruebas; continuad sin vacilar, pues la Verdad es de Dios y sólo Él conoce las profundidades del corazón humano (cf. I Cor 2: 10-11).

Sé fiel y lucha por la UNIDAD de los hijos de Dios. Lo que está por venir no es fácil de vivir para el hombre y necesitáis protegeros unos a otros. En el instante de los grandes acontecimientos, la ayuda de unos hacia otros es lo que os llevará a continuar con la Fe.

Proteger al Pueblo de Dios.

San Miguel Arcángel

SALVE María Purísima, Concebida sin PECADO

SALVE María Purísima, Concebida sin PECADO

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