Escapulario Rojo de la Pasión de Jesús
Origen del Escapulario de la Pasión
El 26 de julio de 1846, octava de la fiesta de San Vicente, por la tarde, Nuestro Señor se apareció a Sor Apolline Andriveau, Hija de la Caridad en Troyes, Francia. Contó que vio a Nuestro Señor vestido con una túnica roja y un manto azul.
Su rostro no estaba destrozado por los dolores del pretorio, sino que era bello por esencia. Llevaba en la mano derecha un escapulario suspendido por dos cintas de lana, en el que se le representaba clavado en la cruz, y al pie de la cruz estaban los instrumentos de la pasión que más le hicieron sufrir.
Alrededor del crucifijo estaba escrito:Santa Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, sálvanos. En el otro extremo de las cintas, en tela escarlata, estaba la imagen de los Corazones de Jesús y de María; uno rodeado de espinas y el otro herido por la lanza, entre los dos corazones había una cruz.
Al cabo de unos días, la hermana Apolínea volvió a ver la misma imagen. Finalmente, Nuestro Señor le explicó cómo debía llevar el Escapulario.
Unos meses antes de que le fuera revelado el Escapulario de la Pasión, la hermana Apolinar tuvo otra visión. Estaba haciendo el Vía Crucis, cuando en la 13ª estación, Nuestra Señora puso el cuerpo inanimado del Maestro en sus brazos y le dijo:
"El mundo está perdido porque no reflexiona sobre la Pasión de Jesucristo; hazlo todo para que el mundo reflexione, hazlo todo para que se salve."
Las apariciones se repitieron, y en todas ellas Nuestro Señor hizo hincapié en Su Infinita Misericordia hacia los hombres y en Su deseo de que se salvaran.
Aprobación Eclesiástica
En 1847, el Padre Etienne, entonces Superior General, fue a Roma, y habiendo sido recibido en audiencia por el Santo Padre Pío IX, aprovechó la ocasión para comunicarle las apariciones. Pío IX no puso ningún obstáculo a la aprobación del Escapulario.
El poder de bendecir el Escapulario de la Pasión había sido concedido exclusivamente a los Padres de la Misión, por lo que la difusión fue lenta, ya que no les era posible acudir a todas las parroquias.
Por ello, se hicieron muchas peticiones al Padre Etienne para que obtuviera de la Santa Sede la facultad de delegar este privilegio a los sacerdotes seculares y regulares que lo solicitaran.
El Santo Padre no sólo concedió el permiso, sino que, al mismo tiempo, añadió a las indulgencias concedidas anteriormente, una indulgencia plenaria, todos los viernes del año, a quienes lleven el Escapulario constantemente.
El Escapulario Rojo de la Pasión del Señor es ampliamente divulgado en el Santuario de las Apariciones de Jacareí. Nuestra Señora, en varios mensajes, ha expresado su alegría por llevar este sacramental, y pide insistentemente a sus amados hijos que lo lleven todos los días para obtener las gracias prometidas por Ella y por Nuestro Señor a la Hermana Apolline Andriveau.
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