domingo, 28 de diciembre de 2008

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber en Manaus, AM, Brasil

¡La paz esté con ustedes!

Queridos hijos, hoy vengo del cielo para pedir oraciones por todas las familias del mundo. Oren por las familias. Las familias están gravemente heridas, porque el pecado se ha extendido como un cáncer dentro de ellas. El diablo ha llevado a muchas familias a la ruina debido a su desobediencia a Dios.

Hijitos, los invito: vivan la obediencia profundamente. La obediencia los santifica. La obediencia los hace agradables a Dios, merecedores de su bendición. Les pido con mi Inmaculado Corazón ardiendo de amor por las familias: oren, ámense unos a otros, sean obedientes, y Dios los salvará a ustedes y a sus hogares de la condenación eterna. Gracias por su presencia aquí esta noche. Sus oraciones de hoy han llevado a muchas familias a Dios. Gracias por esta alegría adicional que han dado al Corazón de su Madre Celestial. Los bendigo a todos: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¡Amén!

" En el futuro sabré si han seguido o no al Cordero Inmaculado. La señal será esta: su obediencia. Les he dicho antes. Quiero que aprendan de Jesucristo, quien obedeció hasta la muerte, llevando a cabo la voluntad del Padre. Dios espera lo mismo de ustedes. Que hagan Su voluntad, que obedezcan la regla..., espejándolo. Es mejor morir que desobedecer... Hice la última declaración, porque a veces el diablo nos lleva a considerar ciertas actitudes como virtuosas y causantes de más devoción. Es cuando desobedecemos, eligiendo lugares y tiempos para la vida de piedad, pensando: "En otro tiempo y lugar siento mayor consuelo y paz en mi alma. Quiero que sigan la obediencia, no el deseo de consolaciones espirituales. ¡Tengan cuidado! Hay un engaño oculto en esta actitud, que prueba a todos los siervos de Dios. Bajo el disfraz de servir a Dios, podemos deservirle. Saben que el poder para servir o para deservir a Dios está en nuestra voluntad sola. Vamos, mis hijos, sean obedientes hasta la muerte. ¡Miren! Cuanto más humildes sean, más obedientes serán. De la obediencia brota la humildad, de la humildad brota la obediencia. Buscarán la caridad en la herida del corazón de Cristo. Allí quiero que busquen descanso y morada. (Catalina de Siena, Santa, 1347-1380. Cartas completas / [traducción João Alves Basílio] -São Paulo: Paulus, p. 125 y 126, 2005. {Espiritualidad} "