Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil

 

jueves, 8 de febrero de 2007

Mensaje del Divino Espíritu Santo

 

Bendigo estas Medallas de la Señora de las Lágrimas, Mi Esposa Celestial, y les concedo la Gracia de Mi Amor Eterno. Dondequiera que lleguen, también llegará Mi gracia y Mi amor santificador. A través de ellas convertiré a muchos pecadores, liberaré a muchos esclavos del diablo, y haré retroceder la ola de perdición que arrastra a la juventud de hoy. A través de ellas haré retroceder y aniquilaré las fuerzas del infierno. Por el poder de las Lágrimas de Mi querida María, el imperio infernal será derrocado. Haré caer el imperio infernal a través de las lágrimas de María para que brillen mejor los méritos, los dolores, los sacrificios y el martirio de Ella con los que redimió al mundo con Jesús. Y así, toda rodilla se inclinará ante Ella y toda lengua proclamará que Ella es la Señora.

Sí. Mi amor quiso todo esto para estas Apariciones de Jacari. Mi amor, reservó para esta Aparición la tarea y la gracia de rehacer esta Medalla, sacarla del escondite y finalmente hacerla conocer, amar y usar por todos Mis amados hijos. El diablo se enfurecerá ante Ella, pero no prevalecerá porque le di a las lágrimas de María una virtud contra la que no puede hacer nada. Esta Medalla, como la Medalla de la Paz, es la señal poderosa contra el infierno y el escudo seguro que ofrecemos a todos aquellos que luchan por Nuestros Mensajes y son perseguidos por Nuestras Apariciones. El resurgimiento de esta Medalla ya anuncia la derrota del Infierno y la caída de Satanás. Sobre todo, será una señal de fracaso para el dragón rojo. Esta Medalla marca el tiempo ya cercano a Mi segunda descendida porque las lágrimas de María con su rosario purificarán y prepararán al mundo para Mi segunda descendida. Hijo, ten Mi Paz. Regocíjate en la misión cumplida, y ten la certeza de que la gran confianza que te deposito al encomendarte estas tareas altas e importantes demuestra cuánto te amo y cuánto he puesto en ti Mis complacencias. Mi hijo favorito. Paz. Mi Amor es tuyo para siempre y para siempre".

Nota: María bendijo estas Medallas y mientras lo hacía, piedras luminosas de sus manos cayeron sobre ellas. La Santísima Madre de Dios estaba visiblemente tan conmovida que Sus hermosos ojos comenzaron a derramar lágrimas de luz que fluían por Sus mejillas hasta Su barbilla. Sus lágrimas de emoción y felicidad hablaron más que un millón de palabras.

Orígenes:

➥ MensageiraDaPaz.org

➥ www.AvisosDoCeu.com.br

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