domingo, 11 de febrero de 2007

Mensaje de Nuestra Señora

Oh, mis hijos, han pasado 16 años que estoy apareciendo aquí y comunicando mensajes con mi Divino Hijo Jesucristo, San José, el Espíritu Santo y nuestros Ángeles y Santos. Los invito, una vez más, a reafirmar sus corazones en la lectura de mis Mensajes, en la oración, la conversión y la penitencia. Los invito al Amor-Amistad. Deben superar el amor servil de Dios, es decir, el amor que hace que el alma Lo sirva más por miedo al castigo y al fuego del infierno que porque Dios es bondadoso. Deben ir más allá del amor interesado que ve en Dios una fuente de gracias y beneficios, ya sean espirituales, temporales o eternos, para que su amor sea un amor puro, desinteresado y sincero.

Deben también ir más allá del amor que ve en Dios a alguien que puede hacerlos sabios, llenos de conocimiento o grandes a los ojos de los hombres, para que su amor (pausa) por Dios no sea un amor en busca de gloria, de fama o del aprecio de los hombres, sino un amor que quiera amarlo filialmente, eternamente.

Finalmente, mis hijos, deben alcanzar el "Amor-Amistad", el amor que ama a Dios en el Corazón, el amor que hace que el alma sea amiga de Dios, que hace que el alma busque a Dios con todas sus fuerzas para amarlo, servirlo, adorarlo y ofrecerlo y regocijarse en Él. Deben superar, mis hijos, todo tipo de amor que no sea amor verdadero. El amor que busca a sí mismo y no a Dios. El amor que quiere hacer que Dios realice sus propios intereses y su propia voluntad.

Deben ir más allá de todo esto, mis hijos, para alcanzar el amor verdadero, tierno, filial, sincero, desinteresado, bueno, amor perseverante por Dios.

Les agradezco a todos por venir hoy en mi fiesta.

Los estoy esperando aquí pronto mis hijos para que pueda continuar su conversión. Continúen con todas las oraciones que les he dado y les he mandado hacer. Pronto, mi amado hijo Marcos les dará la HORA SANTA DE LOS AÑOS que deben hacer todos los martes a las nueve de la noche como Mí Hijo Jesús mismo les envió el 7 de febrero de este año.

Esperen, mis hijos, y tan pronto como la tengan, comiencen a hacerla con amor y fidelidad todos los martes y verán cómo los santos ángeles actuarán en sus vidas ayudándolos a progresar y avanzar en el camino de la santidad. A todos mis hijos les doy Paz y les agradezco los sacrificios hechos hoy aquí por mi amor. Vayan en la Paz del Señor y en mi Paz también".