domingo, 26 de octubre de 2008

Domingo, 26 de octubre de 2008

Jesús dijo: “Mi gente, el Evangelio de hoy se centra en Mi Gran Mandamiento de cómo deben amar a su Dios con toda su mente, todo su corazón y toda su alma, y deben amar a su prójimo como a sí mismos. Todo lo que hagan debe hacerse por amor a Mí, pues dependen de Mí para todo lo que tienen y necesitan. El amor los une a Mí y el amor al prójimo hace que su amor sea parte de Mi Cuerpo Místico de Mi Iglesia. Siempre estoy con ustedes en Mi Presencia sacramental de Mi Hostia consagrada. Den honor y gloria a Mí ante Mi tabernáculo y ante Mi Hostia en el ostensorio. En la visión leí el pergamino de Isaías (Isaías 61:1-2) ‘El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido; me ha enviado a anunciar buenas nuevas a los pobres, a proclamar libertad a los cautivos y vista a los ciegos; a dar libertad a los oprimidos y proclamar el año aceptable del Señor, y el día de la recompensa.’ Todos ustedes son llamados a ayudar a su prójimo como Mi ejemplo para que puedan alimentar a los hambrientos, dar agua a los sedientos, vestir a los desnudos y refugiar a los sin hogar. Mientras el sacerdote leía esta Escritura sobre el último juicio (Mateo 25:31-46), escucharán esta declaración en su juicio al morir. ‘En la medida en que lo hicieron por uno de estos, los más pequeños de Mis hermanos, lo hicieron por Mí.’ Así que no vengan a Mí con las manos vacías, sino tengan las manos llenas de buenas obras para su prójimo. Recuerden amar a Mí y a su prójimo no solo con palabras, sino también con sus acciones. Cuando hagan tales cosas, atesorarán un tesoro en el cielo para su día de juicio.”