jueves, 10 de septiembre de 2009

El Tiempo De La Transformación Del Espíritu Está Cerca

Hijos míos, mi rebaño fiel, que mi paz esté con vosotros. El ciclo de la vida es nacer, crecer y morir; todos los días se nace, se crece y se muere también un poco, hasta llegar a la plenitud de la vida terrenal. Morir es transformarse a una nueva vida, a la vida en el espíritu; acordaos: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, no podrá dar fruto, lo mismo pasa con vosotros; estáis llamados a ser santos; vuestro peregrinaje en esta tierra os debe llevar a la plenitud y al conocimiento de Dios; abandonaos en el Espíritu, que vuestra condición humana y pecadora desaparezca, para que la voluntad de Dios se haga una sola esencia con vosotros, y podáis caminar según la dirección del Espíritu. Si os dejarais guiar por mi Espíritu seríais sabios y santos y no tendríais que pasar por mi purificación, tan necesaria para que podáis entrar en mi nueva creación.

La purificación es transformación del espíritu; el hombre viejo debe morir al pecado, a la carne y al mundo, para que renazca un hombre nuevo, un ser espiritual, guiado por mi Espíritu que es: Vida, Sabiduría, Amor, Gozo y Plenitud.

Os explico todo esto hijos míos, para que sepáis que en mi nueva creación todo es espiritual y puro, y si vosotros queréis hacer parte de ella, debéis morir antes a la carne, al pecado y al mundo; porque en verdad os digo, que en mi nueva creación el pecado no tendrá cabida. “Todo aquel que entre por la puerta de mi Jerusalén Eterna deberá brillar cromo crisol”. Acordaos de mis palabras: “Mi reino no es de este mundo”. Mi reino es inmortal, es espiritual y en él habitan seres espirituales.

Os digo esto hijos míos, para que desde ahora comencéis a preparaos para el viaje que os Llevará a las puertas de mi Jerusalén Eterna. Vuestro pasaporte a la nueva vida, será vuestra fe, oración, ayuno, obras, amor para con vuestro Dios y vuestros hermanos y mucha fidelidad y perseverancia, para que podáis llevar con valor las pruebas que se os avecinan.

Alegraos pues ovejas de mi redil, porque mi Reinado está cerca, la mesa está servida; os espero, no tardéis; el tiempo de la transformación del espíritu está cerca.

Que mi paz y mi amor permanezca en vosotros, ovejas de mi grey; os ama y espera vuestro Maestro y Pastor, Jesús el Buen Pastor. Dad a conocer mis mensajes y propagadlos, ovejas de mi grey.