Guerrero de la Oración

Medallas y Escapularios

Origen, Promesas y Aplicaciones de varias Medallas y Escapularios

Escapulario marrón de Nuestra Señora del Carmen

Scapular of Our Lady of Mount Carmel

Si llevas el Escapulario Marrón de María, te presentaremos a San Simón Stock. Puede que ya le conozcas por su imagen (junto con la de Nuestra Señora) en tu Escapulario. En realidad, San Simón es un viejo amigo, pues fue a él a quien Nuestra Madre Santísima dio la promesa del Escapulario en 1251, diciendo:"Quien muera llevando este Escapulario no sufrirá el fuego eterno."

Uno de los grandes misterios de nuestro tiempo es que la mayoría de los católicos ignoran o han olvidado por completo esta promesa celestial de la Santísima Virgen María. Nuestra Señora dice además:"Llevad el Escapulario con devoción y perseverancia. Es Mi vestido. Vestirte con él significa que piensas continuamente en Mí, y Yo, a mi vez, pienso siempre en ti y te ayudo a conseguir la vida eterna".

El Beato Claude de La Colombiere, célebre jesuita y director espiritual de Santa Margarita María, da un punto que es esclarecedor. Dice: "Puesto que todas las formas de nuestro amor a la Santísima Virgen y todos sus diversos modos de expresión no pueden ser igualmente agradables a Ella, y por tanto no nos ayudan en el mismo grado a alcanzar el Cielo, yo digo, sin dudarlo un instante, que ¡el ESCAPULLO MARRÓN ES EL MÁS FAVORITO DE TODOS!". Añade también: "Ninguna devoción ha sido confirmada por milagros auténticos más numerosos que el Escapulario Marrón."

Historia del Antiguo Testamento

Prophet Elias

La devoción a Nuestra Señora del Monte Carmelo (la Virgen del Escapulario) se remonta mucho antes de la época de San Simón Stock, incluso antes de la época de Nuestro Bendito Señor; se remonta hasta el siglo VIII a.C. Fue entonces cuando el gran profeta Elías ascendió a la montaña sagrada del Carmelo, en Palestina, y comenzó allí una larga tradición de vida contemplativa y oración. Es asombroso darse cuenta de que, siglos antes de que naciera Cristo, el Santo Elías y sus seguidores se habían consagrado místicamente a la Madre de Dios venidera, María, Reina del Monte Carmelo. Casi tres mil años después, esa tradición de oración, contemplación y devoción a María sigue viviendo y prevaleciendo en la Iglesia católica.

En la plenitud de los tiempos, Dios se convirtió en el Dios-Hombre, Jesús. Conocemos la vida, muerte, resurrección y ascensión de Nuestro Señor por los cuatro Evangelios del Nuevo Testamento, y sabemos que Jesús legó al mundo la Santa Iglesia Católica para enseñar, gobernar y santificar en Su Nombre.

En la fiesta de Pentecostés, el cumpleaños de la Iglesia, los descendientes espirituales de Elías y sus seguidores bajaron del Monte Carmelo. Como era de esperar, ese día fueron los primeros en aceptar el mensaje del cristianismo y en ser bautizados por los Apóstoles. Cuando, por fin, fueron presentados a Nuestra Señora, y oyeron las dulces palabras de Sus labios, les invadió una sensación de majestad y santidad que nunca olvidaron. De regreso a su santa montaña, erigieron la primera capilla jamás construida en honor de la Santísima Virgen María. Desde entonces, la devoción a la Madre de Dios fue transmitida por los ermitaños del Monte Carmelo como un preciado legado espiritual.

La Virgen se aparece a San Simón Stock

Our Lady appears to St. Simon Stock

En el año 1241, el barón de Grey de Inglaterra regresaba de las Cruzadas en Palestina: trajo consigo a un grupo de religiosos del monte santo del Carmelo. A su llegada, el barón regaló generosamente a los monjes una casa solariega en la ciudad de Aylesford. Diez años más tarde, en ese mismo lugar, se produjo la ya famosa aparición de Nuestra Señora a San Simón Stock. Mientras la Santísima Virgen entregaba a San Simón el Escapulario marrón de lana, pronunció estas palabras:"Éste será el privilegio para ti y para todos los carmelitas, que quien muera con este hábito no sufrirá el fuego eterno." Con el tiempo, la Iglesia extendió este magnífico privilegio a todos los laicos que estén dispuestos a ser investidos con el Escapulario Marrón de los Carmelitas, y que lo lleven perpetuamente.

Muchos católicos son investidos con el Escapulario Marrón en el momento de su Primera Comunión; en el caso de los conversos, la investidura coincide con su Profesión de Fe. Cuando una persona es inscrita en la Cofradía del Escapulario Marrón e investida con ese pequeño hábito de lana marrón, el sacerdote le dice: "Recibe este bendito Escapulario y pide a la Santísima Virgen que, por Sus méritos, lo lleves sin mancha de pecado y te proteja de todo mal y te lleve a la vida eterna."

Oración de consagración a la Virgen del Carmen

(El creyente de la Virgen del Carmen se esfuerza cada día por vivir mejor esta consagración a su Madre)
Our Lady of Mount Carmel

¡Oh María, Reina y Madre del Monte Carmelo! Vengo hoy a consagrarme a Ti, porque toda mi vida es como un pequeño tributo a las muchas gracias y beneficios que he recibido de Dios de Tus manos.

Y porque Tú miras con ojos especialmente benévolos a los que llevan Tu escapulario, te pido que defiendas mi fragilidad con Tu fuerza, ilumines las tinieblas de mi espíritu con Tu sabiduría y aumentes en mí la fe, la esperanza y la caridad, para que pueda rendirte cada día el tributo de mi humilde devoción.

Que el Santo Escapulario atraiga sobre mí Tu mirada misericordiosa, que sea para mí prenda de Tu especial protección en las luchas cotidianas, y que me recuerde siempre el deber de pensar en Ti y revestirme de Tus virtudes.

A partir de hoy me esforzaré por vivir en suave unión con Tu Espíritu, por ofrecerlo todo a Jesús por Tu mediación y por convertir mi vida a imagen de Tu humildad, misericordia, paciencia, mansedumbre y de Tu espíritu de oración.

¡Oh Madre graciosísima! Abrázame con Tu amor indefectible, para que un día se me conceda a mí, indigno pecador, llevar Tu escapulario por toda la eternidad, cambiado como un traje nupcial, y vivir contigo y con los santos del Carmelo en el Reino de Tu Hijo.

El Privilegio Sabatino

La Santísima Virgen del Monte Carmelo ha prometido salvar del fuego del infierno a quienes lleven el escapulario; también acortará su estancia en el purgatorio si pasaran de este mundo debiendo aún alguna deuda de castigo.

Esta promesa se encuentra en una bula del Papa Juan XXII. La Santísima Virgen se le apareció y, hablando de los que llevan el Escapulario Marrón, dijo:"Yo, la Madre de la Gracia, descenderé el sábado después de su muerte y a quien encuentre en el purgatorio lo liberaré para conducirlo al monte santo de la vida eterna."

La Santísima Virgen asignó ciertas condiciones que debían cumplirse:

1.

Llevar continuamente el Escapulario Marrón.

2.

Observar la castidad según el estado de vida (casado/soltero).

3.

3. Recitar diariamente el Pequeño Oficio de la Santísima Virgen O Observar los ayunos de la Iglesia junto con la abstinencia de carne los miércoles y sábados O Con permiso de un sacerdote, rezar cinco decenas del Santísimo Rosario de Nuestra Señora O Con permiso de un sacerdote, sustituirlo por alguna otra buena obra.

El Papa Benedicto XV, célebre Pontífice de la Primera Guerra Mundial, concedió 500 días de indulgencia por besar devotamente tu escapulario.

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